viernes, 18 de septiembre de 2015

Reggio Emilia



Los principios de Reggio Emilia

Todo empieza en la primavera de 1945, al final de la Segunda Gerra Mundial, la gente de un pueblo, situado a pocos kilómetros de Regio Emilia decide construir y gestionar una escuela para niños. Mediante la venta del material abandonado por los alemanes tras su huida (unos caballos, un tanque y un camión), se empieza a financiar y a llevar a cabo el proyecto. Fue una escuela salida de la nada, que se empezó con muchas ganas e ilusión pero que no se sabía como continuaría hacia delante. Lo único que les hacía seguir eran las ganas y la ilusión de unos campesinos (sobre todo mujeres viudas por culpa de la guerra) que querían que las cosas cambiaran. En un principio estuvo autogestionada por el pueblo hasta conseguir la gestión municipal. A esta se le añadieron más escuelas por la periferia, promovidas por mujeres y con la colaboración del CLN (Comité de Liberación Nacional).



La educación de los niños estaba en manos de educadoras excepcionales y muy motivadas, aunque su formación provenía de escuelas de magisterio privadas y católicas, su pensamiento era muy abierto, ambicioso y lleno de energía. Los comienzos fueron muy duros, algunos de los niños estaban cansados, desnutridos y con una salud efímera, para ellos la lengua italiana era prácticamente desconocida ya que en sus hogares se hablaban diferentes dialectos. 


La primera escuela infantil de 0 a 3 años fue llevada a cabo en 1971 gracias a los 10 años de lucha de las mujeres por su igualdad, sus necesidades y las de sus hijos. Estas escuelas necesitaban una mayor especialización y profesionalidad por parte de las educadoras y educadores, solamente superada gracias a su juventud, motivación y ganas de aprender además de la sensibilidad de los padres que se iniciaron en esta aventura.

Las escuelas de Reggio Emilia tuvieron la oportunidad de trabajar y contar con la colaboración de Loris Malaguzzi desde el principio, además de la unión a lo largo del tiempo de gente como Gianni Rodari, gran creador de gramática y cuentos infantiles, y con la ayuda de Bruno Ciari, uno de los mejores y más apasionados pedagogos infantiles del momento. También contaron con un enorme abanico de referencias e inspiraciones tanto teóricas como de autores, autores de los años 50 como: Rousseau, Pestalozzi, Froebel, Bovet, Ferrière y Dewey, posteriormente: Decroly, Gramsci, Freinet, Wallon, Cleparéde, Marenko, Erikson,Piaget, Wertheimer, Vigotski, Bruner, Freire, Fromm, Bronfenbbrener, Maslow, Rogers y Hawkins. Ya más tarde en los años 80: Carr, Gardner, Kagan, Shaffer, Kaye, Bateson, Morrin, Prigogine, von Foerster, Varela y Edelman. Popper, Bachelard, Lorenz, Bronowsky, Wittgenstein, Meisemberg, Arnheim y Grombrich. A parte de todos estos autores y sus teorías, tuvieron que estudiar y conocer a otros autores, teorías y concepciones con tal de poder realizar un rechazo explícito hacia ellas.


¿Que suponen estas escuelas?


Son consideradas escuelas de un único organismo vivo, un lugar de convivencias y de intercambio relacional entre adultos y niños. Un lugar en el que se piensa, discute y se trabaja tratando de reconciliar lo que se sabe con lo que no se sabe, las dificultades, los errores, las expectativas, los éxitos, las dudas y los problemas de elección. Una manera diferente de trabajar que no se había visto hasta el momento y que a día de hoy aun siguen muchas escuelas.


Metodología


Estas escuelas están basadas en una ley fundamental: “Si se hacen cosas reales, también son reales sus consecuencias” (Loris Malaguzzi,“La Educación Infantil en Reggio Emilia”pag.60), es decir, las ideas surgen a partir de los acontecimientos y experiencias reales, dando lugar a respuestas y conclusiones reales.



El método relacional (o Pedagogía Racional) es el que mejor explica como un grupo de niños esta hecho de individualidades y de asociaciones de niños con afinidades y habilidades diferentes. Para ello, el adulto se basa en la observación y el descubrimiento de las diferentes maneras que los niños tienen de participar, proceder y elegir, por este motivo seleccionan y cualifican las actividades encaradas a las motivaciones e intereses de los niños. La topología de organización mas adecuada, es la de actividades en pequeños grupos que son módulos de eficacia comunicativa y deseo. El trabajo en pequeños pretende crear ricas atmósferas y ricos procesos de cambios y desarrollos, dando lugar a una de tantas posibilidades organizativas y situaciones de aprendizaje que todos los niños han de experimentar, para que el adulto comience a distinguir los diferentes roles que se desempeñan en el grupo y la relación entre ellos.

Se valora la importancia de que los padres se involucren, empleando una práctica explicita, comunicativa, dispuesta a documentar lo que la escuela hace con los niños y su evolución. Este escenario de participación ofrece a los niños interés y curiosidad por lo que ocurre a su alrededor.

Objetivos que pretende


El objetivo de estas escuelas es crear una escuela amable, es decir, activa, inventiva, habitable, documentada y comunicable, un lugar de investigación, aprendizaje, recognición y reflexión, en las que se encuentren bien los educadores, niños y familias. Una de las estrategias utilizadas para unir todas las centralidades anteriores y para intensificar las relaciones entre todos los sujetos, es crear una organización que contenga unos contenidos, unas funciones, unos procedimientos, motivaciones e intereses. Se pretende estructurar una pedagogía relacional y participativa de todos sus miembros, en la práctica, la pedagogía de la relación está en continuo cambio, se ha de reinventar, comunicar y ser capaz de efectuar encuentros múltiples. Por ejemplo: encuentros previos con las familias para definir y analizar la finalidad de los proyectos de trabajo y su organización.


Algunos de los ideales que se persiguen son:


 Huir de una cultura y una educación que valoran lo cognitivo y las autorregulaciones homeostáticas, que desprecian los sentimientos, la no lógica y el rol de la afectividad.

• En cuanto a la pedagogía de la relación y del aprendizaje consideran que son coincidentes, parten de la idea de que los niños no aprenden por una relación de causa-efecto, ni por una enseñanza directa adulto-niño, sino que su aprendizaje es mérito de ellos, de sus actividades y del uso de los recursos que poseen.

• Por otro lado la bidireccionalidad es un principio ineludible, en el que las habilidades del adulto y del niño se necesitan mutuamente para una buena enseñanza que permita aflorar las capacidades de aprendizaje que el niño posee. Es importante sembrar un terreno que haga emerger los acoplamientos estructurales entre lo cognitivo, lo relacional y lo emotivo. Con este principio lo que se pretende es que se desarrolle una autonomía personal de pensamiento y acción, el valor del contexto y los procesos comunicativos.

Los educadores


La formación de los educadores se basa en una formación continua. Se siente la necesidad de enriquecer sus competencias profesionales, dando lugar a la reflexión de sus pensamientos, provocando un cambio en las acciones.


El proyecto


Estas escuelas no tienen ni programaciones ni currículo, pero los buscan, transformándolos en otra cosa, viviendo con los niños, trabajando con la certeza, la incertidumbre y con lo nuevo. La ignorancia es la que les impulsa a investigar, partiendo de las ideas, sugerencias, interrogantes y problemas que surgen de los niños. Para que esto sea posible se ha de crear un ambiente de confianza y seguridad entre el adulto y el niño.

Los proyectos habitualmente se basan en experiencias ya sucedidas, que parten de los intereses que los niños desean profundizar, dichos intereses los deben de conocer los educadores para poder sintonizarlos con los objetivos que pretende. Es un requisito imprescindible buscar una motivación inicial por parte de los niños.

Estructura


Las escuelas de Reggio Emilia pretenden dar una sensación agradable de descubrir algo nuevo, propiciando un clima sereno, gracias a querer ir todos juntos en una misma dirección, evitando cualquier artificialidad e hipocresía. Es necesario encontrar una alianza con los objetos y con la organización del trabajo. La composición del espacio físico es acogedor y propicia encuentros, comunicación y relaciones.




Dentro de las aulas


Ambiente humano: en cada sala debe haber 25 niños y dos maestros, que trabajan conjuntamente con el atelierista (tallerista) y la pedagoga. Los niños se agrupan por edades. Son motivados para trabajar con otros compañeros, para resolver problemas, jugar solos, con pequeños grupos o en grupos grandes.

La propuesta de Reggio Emilia plantea que los maestros y maestras vayan a las escuelas a aprender con los niños, allí un maestro es un investigador permanente que, además, no llega a conclusiones que puedan ser descriptas de forma retórica, sino con documentaciones de proyectos reales que son narraciones de las posibilidades humanas.




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